Sindrome de SAAF

SINDROME DE ANTICUERPOS ANTIFOSFOLÍPIDOS 

El SAAF es una enfermedad autoinmune caracterizada por la formación frecuente de coágulos en los vasos sanguíneos (venas y/ó arterias) de cualquier órgano o tejido del cuerpo, y puede existir mayor riesgo de abortos y pérdidas fetales.
El SAAF puede ser primario (cuando no existe otra enfermedad autoinmune asociada) o puede ser secundario (cuando existe otra enfermedad autoinmune asociada, principalmente el Lupus Eritematoso Sistémico -LES-). 

¿Por qué se produce el SAAF?

El SAAF aparece debido a la presencia de anticuerpos antifosfolípidos en la sangre, los cuales pueden provocar alteraciones en el flujo sanguíneo y formación de coágulos (trombos) en las venas o en las arterias. 
Puede existir predisposición genética a desarrollar la enfermedad, y al momento de asociarse con algún factor disparador del medio ambiente (por ejemplo alguna infección), se puede manifestar la enfermedad. 

¿Cómo se manifiesta clínicamente el SAAF?

El SAAF puede manifestarse de muchas formas: trombosis en las piernas, trombo embolia pulmonar, úlceras, problemas visuales por coágulos en las arterias de la retina, trombosis del cerebro que puede llevar a problemas para el movimiento del cuerpo y para el lenguaje y la memoria, abortos repetidos, pérdidas fetales, dolor de cabeza persistente, entre otras. 

¿Cómo se diagnostica el SAAF ?

El diagnóstico del síndrome se establece cuando el paciente tiene al menos un evento de trombosis venosa o arterial, ó la presencia de abortos espontáneos repetidos (al menos 3)

Causas

La causa de su aparición es desconocida. Una infección, la toma de un medicamento o un tumor puede activar la formación de estos anticuerpos.
Se detecta principalmente en pacientes con:
  • Lupus eritematoso sistémico
  • Infecciones (VIH, tuberculosis, mononucleosis infecciosa, etc.)
  • Cáncer (leucemia, mieloma múltiple, etc.)
  • Pacientes tratados con diversos fármacos (Clorpromacina, Procainamida, etc.)
  • Insuficiencia renal crónica

Tratamiento

El tratamiento es complejo y hasta el momento no existe ninguno capaz de eliminar la presencia de los anticuerpos antifosfolípidos.
No obstante, existen diferentes fármacos y procedimientos para combatir su presencia. Su empleo depende de cada caso concreto. Los más utilizados son:
  • Inmunosupresores con corticoides o citostáticos
  • Gammaglobulinas
  • Plasmaféresis
  • Ácido acetilsalicílico (Aspirina)
  • Antiagregantes plaquetarios que suelen ser poco eficaces


REFERENCIAS 





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